Mañana se va a Barcelona, a pasar un fin
de semana con amigas que ha ido conociendo en distintos viajes a la montaña.
Está muy ilusionada con ese viaje, porque necesita desconectar de la rutina
laboral y expandirse. Tiene muchas ganas de volver a ver a esas personas con
las que ha compartido bonitas experiencias.
Antes de que se vaya y si no hay ningún
inconveniente, nos veremos un rato. Tengo muchas ganas de verla, de abrazarla,
de acariciarla y de besarla. No me quito de la cabeza su sonrisa. El médico me
dice que no debo centrar mi felicidad en una persona, pero es tan difícil conseguirlo.
Cada vez que la noto feliz, me invade una sensación por dentro muy
complicada de describir. Será el amor, será que me hace descubrir cosas que yo
creía que habían muerto para siempre. Me gusta disfrutar con ella cada segundo
que tenemos. No lo puedo evitar.
No quiero estar ni a mil metros de ti. Esa
fue la frase de la noche, cuando ya nos despedíamos, con ella medio dormida. La
velada dio mucho de sí. Estuvimos muy bien juntos. Hablamos, mientras hacía el
equipaje y después de hacerlo, cenamos, estupendamente, debo añadir. Conoce un
montón de sitios buenos para ir. Esta vez cerca de su casa. Así que fuimos a un
restaurante, por una zona cercana a la playa y lo pasamos genial. Después volvimos a su
casa ya que nos apetecía pasar un rato más juntos. Parece que ya damos por
sentado los dos que estamos muy a gusto, y lo que es más importante, que
el corazón de cada uno pertenece al otro. Es fantástico oír y sentir algo así.
Por un tiempo creí que eso no llegaría jamás y con mucho esfuerzo por ambas
partes, ha llegado y espero que sea para quedarse. Sé que el futuro de esta
relación va a pasar por no dejar de trabajar en ella nunca, porque con la
experiencia que tenemos ambos y la madurez, será fácil caer en la tentación de
la comodidad y eso puede llevar a la ruptura. Todo esto y algo más. Ayer
hicimos el amor o más bien lo intentamos durante más de media hora, pero otra
vez volvimos a quedarnos a las puertas del Edén. Aunque los dos teníamos muchas
ganas de fundirnos, la pasión sigue sin explotar y eso nos tiene algo
preocupados a los dos. Ella sigue creyendo que la culpa la tiene el momento que
sigue pasando en el trabajo, que la tiene bloqueada y no le deja expresar todo
lo que lleva dentro, ni conmigo ni cuando está sola, y eso es mucho, ya que es
una persona muy sexual. Hemos hablado hoy, mientras va camino de Barcelona con
el tren y queremos darle un giro a este tema, buscando alternativas a la hora
yacer juntos. Aún así, nos queremos y eso es lo más importante en estos
momentos bajo mi punto de vista. No quiere decir que no debamos solucionar el
otro tema, teniendo en cuenta cómo somos los dos en esta faceta. Hubo una época
en la que me quejaba amargamente de lo poco que disfrutaba con el sexo. No quiero que eso se repita y más conociéndola, que lo da todo en cada aspecto de su vida. Yo tampoco quiero estar ni a
mil metros de ti.
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