miércoles, 14 de enero de 2015

Barcelona

Mañana se va a Barcelona, a pasar un fin de semana con amigas que ha ido conociendo en distintos viajes a la montaña. Está muy ilusionada con ese viaje, porque necesita desconectar de la rutina laboral y expandirse. Tiene muchas ganas de volver a ver a esas personas con las que ha compartido bonitas experiencias.

Antes de que se vaya y si no hay ningún inconveniente, nos veremos un rato. Tengo muchas ganas de verla, de abrazarla, de acariciarla y de besarla. No me quito de la cabeza su sonrisa. El médico me dice que no debo centrar mi felicidad en una persona, pero es tan difícil conseguirlo. Cada vez que la noto feliz, me invade una sensación por dentro muy complicada de describir. Será el amor, será que me hace descubrir cosas que yo creía que habían muerto para siempre. Me gusta disfrutar con ella cada segundo que tenemos. No lo puedo evitar.


No quiero estar ni a mil metros de ti. Esa fue la frase de la noche, cuando ya nos despedíamos, con ella medio dormida. La velada dio mucho de sí. Estuvimos muy bien juntos. Hablamos, mientras hacía el equipaje y después de hacerlo, cenamos, estupendamente, debo añadir. Conoce un montón de sitios buenos para ir. Esta vez cerca de su casa. Así que fuimos a un restaurante, por una zona cercana a la playa y lo pasamos genial. Después volvimos a su casa ya que nos apetecía pasar un rato más juntos. Parece que ya damos por sentado los dos que estamos muy a gusto, y lo que es más importante, que el corazón de cada uno pertenece al otro. Es fantástico oír y sentir algo así. Por un tiempo creí que eso no llegaría jamás y con mucho esfuerzo por ambas partes, ha llegado y espero que sea para quedarse. Sé que el futuro de esta relación va a pasar por no dejar de trabajar en ella nunca, porque con la experiencia que tenemos ambos y la madurez, será fácil caer en la tentación de la comodidad y eso puede llevar a la ruptura. Todo esto y algo más. Ayer hicimos el amor o más bien lo intentamos durante más de media hora, pero otra vez volvimos a quedarnos a las puertas del Edén. Aunque los dos teníamos muchas ganas de fundirnos, la pasión sigue sin explotar y eso nos tiene algo preocupados a los dos. Ella sigue creyendo que la culpa la tiene el momento que sigue pasando en el trabajo, que la tiene bloqueada y no le deja expresar todo lo que lleva dentro, ni conmigo ni cuando está sola, y eso es mucho, ya que es una persona muy sexual. Hemos hablado hoy, mientras va camino de Barcelona con el tren y queremos darle un giro a este tema, buscando alternativas a la hora yacer juntos. Aún así, nos queremos y eso es lo más importante en estos momentos bajo mi punto de vista. No quiere decir que no debamos solucionar el otro tema, teniendo en cuenta cómo somos los dos en esta faceta. Hubo una época en la que me quejaba amargamente de lo poco que disfrutaba con el sexo. No quiero que eso se repita y más conociéndola, que lo da todo en cada aspecto de su vida. Yo tampoco quiero estar ni a mil metros de ti.

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