viernes, 27 de febrero de 2015

Cambios


Hoy no voy a hablar de amor ni de desamor, aunque lo que voy a escribir tenga relación con los sentimientos y las emociones.

Se trata de un cambio de aires, un cambio laboral que me lleva a experimentar nuevos retos profesionales, lejos de la gente que ha sido parte de mi durante casi tres años. En la empresa, los que tenemos la inmensa suerte de poder trabajar, y más en el estado en que se encuentra el país, pasamos la mayoría del tiempo. Y las relaciones más profundas de amistad suelen forjarse en sitios como este, es lógico. Pues bien, por primera vez en mi vida siento verdadera congoja al dejar mi puesto de trabajo para emprender nuevos proyectos, pero no por el miedo al cambio, sino por la gente que dejo atrás. Gente que me ha hecho crecer enormemente como ser humano. Es vox populi que los informáticos tendemos a ser un poco "especiales", pero lo cierto es que cuando trabajas en un sitio como el que he pasado los últimos años, y las personas que te rodean, te dan la oportunidad de mostrarles sin reparos cómo es uno mismo, te sientes libre, te sientes feliz y completo. Es por todo esto por lo que dentro de mí me siento tan extraño. Me cuesta pensar en que la próxima vez que me levante para ir a trabajar no veré a los que he considerado casi mis hermanos y hermanas. Sé que encontraré nuevas personas en el camino de las que me nutriré y con las que aprenderé nuevas cosas. Es ley de vida, pero dejo un pedacito de mi corazón entre las cuatro paredes que han sido mi hogar.

Hay una cita de la obra del Señor de los anillos que me gusta mucho y que explica muy bien esta situación:



Gracias a todos vosotros por existir. Sin vuestra ayuda hubiera sido muy difícil todo lo que he vivido en estos años.

¡Un fuerte abrazo!

domingo, 8 de febrero de 2015

El tiempo



Dicen que todas las cosas tienen un proceso. Que se necesita tiempo para todo. Está claro que somos esclavos del tiempo, pero a éste casi estamos acostumbrados y no le prestamos mayor atención, porque al final siempre hay tiempo, aunque sea para mañana. A lo que no nos acostumbramos nunca es a sufrir por amor.

El amor va y viene, pero en raras ocasiones, en momentos puntuales de la vida, llega un amor que arrasa con todo y se hace hueco para dejar las maletas y quedarse para siempre. Si alguien desea ese amor tanto como tú todo va sobre ruedas y el tiempo parece que pasa despacio cuando no estás con ese amor y muy deprisa cuando sí lo estas. Lo frustrante es cuando no sucede así y ese amor no es del todo correspondido. En ese caso sólo deseas que el tiempo sea tu aliado y vaya todo lo rápido que pueda para que al despertar te des cuenta de que ya no duele nada en lo más profundo.

Mi caso actual es este último.

Pero el tiempo no pasa y el amor y los sentimientos hacia ella tampoco. Y vuelven a surgir los momentos de intimidad, y vuelven a llegar los momentos de complicidad, pero son fugaces como el tiempo y desaparecen pronto. Se construyen muros, barreras al amor, trabas a la felicidad absoluta.

Ojalá todo se simplificara, se mostrara más sencillo y diera lugar al disfrute de cada segundo de tiempo.

Pase lo que pase, segundos, minutos, horas o días, lo que siento por cada pequeña cosa que compone a ese encanto de mujer, que tan atrapado me tiene, no menguará. Probablemente será diferente con el tiempo, pero no dejará de ser grande, muy grande y muy intenso. El amor es lo que tiene, que no depende del tiempo.

lunes, 2 de febrero de 2015

Amor tóxico

Enfermo, me siento enfermo de amor. De un amor que no es sano, que me hace daño pero no puedo hacer nada para evitarlo. El culpable soy yo por no cerrar para siempre esa puerta y superarlo como el resto de personas.

Erre que erre.

Creo que me estoy dejando llevar porque me siento bien a su lado, pero esto nunca va a ir más allá, simplemente porque ella no quiere, no es capaz de ofrecerme nada más que no sea amistad. No lo deja salir. ¿Por qué nos besamos a pesar de haber dejado claro que se ha terminado? Yo sigo amándola, incluso después de haber pasado un més desde que lo dejamos. Será pronto, pero no soy capaz de pensar en una cosa y que no salga ella por en medio de esos pensamientos. En ocasiones, creo que lo he superado, que no la necesito para nada y que estoy mejor sin ella. Pero dura el tiempo que tarda en llegar un mensaje suyo o se cruzan nuestras miradas.

Sigue siendo como al principio.

Que me pide un favor, yo presto a ofrecerle mi ayuda. Que necesita un consejo, me desvivo por dárselo, como si no hubiera un mañana. Y a cambio, ¿qué recibo? Ambigüedad e incapacidad para mojarse en lo que estamos haciendo. Le aporto cosas que nadie más lo hace, está claro. Mi visión sobre los temas que le importan, de momento, le sirve para mucho. He estado a su lado en todo lo que ha necesitado, porque la quiero, y lo sabe, y seguramente, a cambio, deseo lo mismo de ella hacia mi, pero es exactamente eso, un deseo, que se convierte en un amor tóxico, ya que ni lo puedo tener, ni lo puedo dejar ir para siempre.

Me duele el corazón al pensarlo.

¿Por qué tuve que enamorarme de una persona como ella? ¿Por qué lo dejé todo por ella? ¿Por qué sigo estando ciego? ¿Por qué sigo amándola?

miércoles, 21 de enero de 2015

Amistad


¿Se puede ser amigos después de amar a una persona? 

Esto es lo que me pregunto constantemente en los últimos tiempos. En ocasiones pienso que si, que depende del tiempo que haga que se rompió la relación, que te condiciona el nivel de amor que llegaste a sentir por la otra persona. Muchas dudas y muchas posibilidades. En otras ocasiones pienso que es imposible, que nunca podré mirarla con unos ojos que no recuerden lo que hubo entre nosotros.

Pero es tan difícil estar lejos de ella, no poder hablar, no saber cómo se encuentra, que me pasa por la mente que si no me trago todos mis sentimientos, hago un esfuerzo y pienso únicamente en ser un buen amigo suyo, terminaré consumiendome por la angustia de la distancia. 

Lo que me enamoró tiempo atrás de ella sigue estando vigente. No puedo avitarlo. Todas las características que reune son las que más me gustan en una mujer y eso es algo inamovible y que perdura, más allá de la distancia, incluso del olvido, aunque sea forzado. Estar cerca de ella, oir su voz, notar su aroma natural, ver sus ojos, sentir su piel, no dejará de envolver en llamas mi corazón, y llevar una amistad en estas condiciones se me hace un proyecto difícil de llevar adelante.

Sé que soy capaz de hacer como si no fuera conmigo y dejar que la amistad siga su curso, pero estoy seguro de que se me nota todo el tiempo que siento algo más y que no lo dejo salir, porque por mí ya no siente nada. Suspiro porque me pesa en el corazón, querer estar con ella, besarla, abrazarla, apoyarla en los momentos más duros, pero no puedo. Una barrera invisible lo impide. No sé. A veces me da la sensación de que en su mirada también hay algo, pero luego creo que simplemente es cariño, como el que puedes tener hacia un hermano. Seguramente será mi deseo de que siga sintiendo algo por mí. He sido tan feliz a su lado, hemos hecho tantas cosas juntos que tener solamente amistad, aunque sea algo precioso y probablemente más duradero, se me queda corto. Va a ser complicado gestionar la mezcla de amistad y sentimientos, porque aún la amo.

domingo, 18 de enero de 2015

Razonamientos

Me siento mal, muy triste, como si me hubieran arrancado un trozo de mi corazón. No tengo ganas de hacer nada. Sólo pienso en que esto no ha tenido futuro porque, aunque existan sentimientos por ambas partes, los tuyos no son suficientes para querer anteponerlos a otras cosas y disfrutar con ellos tanto o más que sin ellos. No sé como se miden estas cosas. O los tienes o no los tienes. Y en este caso me parece que es la segunda opción, aunque cueste confesarlo.

Tus sentimientos creo que durante este tiempo han crecido, o se han adaptado, no lo sé. Siempre me ha parecido que aunque estabas dispuesta a fluir y darlo todo, lo que has llegado a sentir nunca ha ido más allá de lo que sentirías por un gran amigo, pero un amigo al fin y al cabo. Para mi es muy duro escribir esto. No sabes lo que hubiera dado por oír de tus labios la palabra de cuatro letras: AMOR.

Yo, en cambio, pienso que pierdo la oportunidad de ser feliz junto a una persona que tiene todo lo que podría desear en una mujer: cariño, bondad, pasión, belleza interior y exterior, y un sinfín más de cualidades que te hacen ser lo que eres. Es increíble lo que noto en mi corazón cada vez que pienso en ti. Ojalá tu sintieras lo mismo por mi.

Estoy frustrado, con ansiedad, con ganas de llorar y con ganas de cerrar los ojos y no despertar hasta que mi corazón se haya curado por completo. Va a ser muy difícil superar esto, una vez más.

No te imaginas cómo me duele el alma. Qué sensación más angustiosa. Desde que hemos estado juntos todo ha sido maravilloso. Un constante crecimiento, cada uno aportando lo que tenía, pero eso no ha impedidoque surgieran rápidamente dudas, transformadas más adelante en agobios. Para mí, eso solo puede significar una cosa: miedo al compromiso, miedo a sentirse privado de la libertad que tanto nos ha costado conseguir. Yo quería ser feliz contigo tal y como eres, sin cambiarte lo más mínimo. No quería que perdieras tu esencia, ni raptar tus emociones, porque me gustas así. Lo único que me hubiera gustado notar diferente en ti es precisamente el miedo a dejar que tus sentimientos fluyan completamente. No es malo estar con otra persona que te ama. Todo lo contrario. Te hace más fuerte porque ese alguien estará a tu lado sin restricciones, sin pedir nada a cambio, salvo amor y cariño. No es tan difícil ser feliz, estando con otra persona que te quiere y te respeta. Sólo hay que aprender a hacer las cosas que te gustan de otra manera sin renunciar a nada. Para mí, sentir algo importante por otra persona siempre compensa. No deseo, en absoluto, que creas que tienes que preocuparte por mi todo el tiempo. Entiedo perfectamente las prioridades de la vida. Es como si cuando tienes que salir a comprar, te tuvieras que preocupar de si vas a tener tiempo para ver la televisión y eso te causara ansiedad. Si ese día no puedes ver la televisión, no se acaba el mundo. Nuestra relación la he visto así. 

Claro que me gusta que tengas ganas de verme o de hablar conmigo, pero algo así no puede cusarte angustia. Hay tiempo para todo. Yo soy una persona muy comprensiva y cuando hemos hablado de estas cosas simpre he intentado transmitirte mi forma de verlo y a la vez tratar de tranquilizarte y enseñarte a eliminar esa ansiedad. Si dos personas se quieren de verdad, lo demás siempre tiene solución. Es así y no hay que darle más vueltas. Algún día sé que te sentirás mejor en este sentido aunque probablemente tus sentimientos hacia mí ya hayan desaparecido por completo tiempo atrás.

sábado, 17 de enero de 2015

Otra carta

Hola bombón,

Hacía tiempo que no me sentía como me siento hoy, roto por dentro, con una congoja difícil de describir con palabras. También hacía tiempo que no escribía, ya que me había dicho a mí mismo que dejara de poner por escrito mis sentimientos para no obsesionarme. Pero ahora lo necesito. Necesito decirte lo que pienso y lo que provocan dentro de mí esos pensamientos.

Eres diferente, especial, distinta al resto de las personas que he conocido a lo largo de mi vida y por ello eres un tesoro, una piedra preciosa muy rara de encontrar y muy valiosa. Tan bella por dentro y por fuera que no he podido evitar enamorarme de ti. Tanto, que el hecho de pensar que lo puedas estar pasando mal por cualquier motivo me hace sufrir. Sufrir por no poderte ayudar. Me gusta verte feliz por encima de todo, ya lo sabes, te lo he transmitido infinidad de veces. Sé que yo también te importo mucho, pero tengo la sensación de que estar conmigo te supone limitar tus posibilidades en la vida. Eres como el viento, libre y que lo quiere explorar todo. Y yo no quiero limitarte. Sólo quiero hacerte crecer en la medida de mis posibilidades, dándote todo lo que llevo dentro. Sigo pensando que puedo ofrecerte muchas cosas, como cariño, comprensión, pasión, confianza sin límites y algunas otras cosas que probablemente aún no sé ni siquiera yo, que las tengo, aunque están deseando salir a tu encuentro.

Me gusta como eres en todos los sentidos y me importas tanto que me duele enormemente pensar que la única manera de hacerte feliz es no avanzar a tu lado, dejando de compartir tu camino con el mío.

Me entristezco mucho, noto un pinchazo en lo más profundo del corazón y se me escapan las lágrimas, pero si ese es el único camino, estaré dispuesto a recorrerlo, con tal de verte sonreir una vez más, de ver que disfrutas de la vida y le sacas todo el jugo. Pero si existe otro camino, quiero estar ahí para explorarlo junto a ti y recorrerlo para ver qué nos depara. Estoy seguro, siempre lo he estado, que solo cosas buenas, porque el simple hecho de haberte conocido es ya una recompensa. Lo que pueda llegar puede ser expectacular.

Te llevo en el corazón a pesar de tantos vaivenes. No me podía imaginar que llegara a sentir lo que siento por ti y menos, que tú llegaras a sentir lo que sientes por mí. Al futuro sólo le pido que nos dé la oportunidad de ser felices. Creo, a pesar de todo, que los ciemientos son buenos. Ahora sólo falta que ambos estemos convencidos de que esto puede crecer aún más de la manera que mejor consideremos, tal y como lo hemos venido haciendo hasta ahora.

Para mí, eres como un faro en una noche oscura y yo sólo quiero ser un pequeño barco dispuesto a llegar a puerto.

Siempre tuyo

viernes, 16 de enero de 2015

Soledad

Esa sensación de vacío que se te queda cuando termina una relación en la que habías puesto muchas esperanzas, por la persona, por las circunstancias, es difícil de volver a llenar. Se hace muy cuesta arriba no poder seguir compartiendo tantos momentos llenos de profundidad, alegría y vitalidad, con una persona con la que disfrutabas de una conexión muy rara de encontrar hoy en día. En la vida, cualquier cambio al que te enfrentas, produce un desasosiego interior, muchas veces provocado por el miedo a lo desconocido. En este caso particular, me tiré a la piscina sin mirar atrás, sin miendo, y por el camino percibí que el agua estaba desapareciendo demasido deprisa. Lo que era una mañana soleada se convirtió en un ciclón con rayos y centellas que ha barrido por completo mi cálido corazón y lo ha dejado como un páramo desierto y frio. Hay tantas cosas que me recuerdan los buenos momentos que pasamos juntos, un olor, un paisaje, una palabra. Parece increíble, pero todo se rompió sin una sola discusión, sin mal ambiente, siendo todo encantador, salvo por una cosa, un pequeño gran detalle, que he expresado en varias ocasiones, la oposición constante a ir más allá de la amistad, de compartir con otra persona tu propia independencia, a pesar del cariño reinante. No sé muy bien, cuales serán las enseñanzas de esta experiencia. A mí me quedan algunas, como la de no darlo todo tan rápido, abriendo de par en par las puertas de mi alma, de mi corazón. Me siento muy dañado, con una mezacla de sentimientos muy extraña, donde las ganas de estar con ella, a pesar de todo, chocan frontalmente con la reparación de mi ser. La realidad es que la echo mucho de menos y no me la puedo quitar de la cabeza, sobre todo porque lo compartíamos todo y nos ayudábamos en todo y ahora eso se ha ido. Sigue pareciéndome alguien espectacular, difícil de encontrar, y sabiendo que ya no volveremos a estar juntos, bajo las mismas sábanas, en el mismo sofá, bajo las mismas estrellas, me amarga profundamente.

Cuando te veo me embarga la angustia por lo que pudo ser y no fue. Siento celos de los que te tendrán. Si hubiera podido encontrar el camino a tu corazón...

Quizá el estereotipo del hombre obliga a cambiar de pareja como de camisa, pero en mi caso no se cumple, y eso me lleva de nuevo a la soledad, tan necesaria a veces, tan dura en otras ocasiones.

Superar una relación donde una parte lo pone todo y la otra no tanto se hace bastante cuesta arriba. Así es como me he sentido yo en este caso y no tengo más que releer lo que he escrito en los últimos seis meses. Sí, seis meses. Parece un suspiro de tiempo pero han sido los más intensos de mi vida, por lo bueno y también por lo malo.

Ahora sólo me queda tratar de juntar las piezas de mi alma y de mi corazón y ver cómo quedan. No sé si tendré pegamento suficiente y si volverá a funcionar todo como antes. El tiempo dicen que lo cura todo, que la felicidad siempre vuelve. Supongo que tendrán razón los que así lo afirman, aunque es fácil afirmar algo así desde una posición de comodidad, cuando ya lo has superado. Mientras, el dolor es insoportable. Si sólo hubieras puesto un poquito más. Yo solo quería que me quisieras como soy, lo demás lo ponía yo.

miércoles, 14 de enero de 2015

Barcelona

Mañana se va a Barcelona, a pasar un fin de semana con amigas que ha ido conociendo en distintos viajes a la montaña. Está muy ilusionada con ese viaje, porque necesita desconectar de la rutina laboral y expandirse. Tiene muchas ganas de volver a ver a esas personas con las que ha compartido bonitas experiencias.

Antes de que se vaya y si no hay ningún inconveniente, nos veremos un rato. Tengo muchas ganas de verla, de abrazarla, de acariciarla y de besarla. No me quito de la cabeza su sonrisa. El médico me dice que no debo centrar mi felicidad en una persona, pero es tan difícil conseguirlo. Cada vez que la noto feliz, me invade una sensación por dentro muy complicada de describir. Será el amor, será que me hace descubrir cosas que yo creía que habían muerto para siempre. Me gusta disfrutar con ella cada segundo que tenemos. No lo puedo evitar.


No quiero estar ni a mil metros de ti. Esa fue la frase de la noche, cuando ya nos despedíamos, con ella medio dormida. La velada dio mucho de sí. Estuvimos muy bien juntos. Hablamos, mientras hacía el equipaje y después de hacerlo, cenamos, estupendamente, debo añadir. Conoce un montón de sitios buenos para ir. Esta vez cerca de su casa. Así que fuimos a un restaurante, por una zona cercana a la playa y lo pasamos genial. Después volvimos a su casa ya que nos apetecía pasar un rato más juntos. Parece que ya damos por sentado los dos que estamos muy a gusto, y lo que es más importante, que el corazón de cada uno pertenece al otro. Es fantástico oír y sentir algo así. Por un tiempo creí que eso no llegaría jamás y con mucho esfuerzo por ambas partes, ha llegado y espero que sea para quedarse. Sé que el futuro de esta relación va a pasar por no dejar de trabajar en ella nunca, porque con la experiencia que tenemos ambos y la madurez, será fácil caer en la tentación de la comodidad y eso puede llevar a la ruptura. Todo esto y algo más. Ayer hicimos el amor o más bien lo intentamos durante más de media hora, pero otra vez volvimos a quedarnos a las puertas del Edén. Aunque los dos teníamos muchas ganas de fundirnos, la pasión sigue sin explotar y eso nos tiene algo preocupados a los dos. Ella sigue creyendo que la culpa la tiene el momento que sigue pasando en el trabajo, que la tiene bloqueada y no le deja expresar todo lo que lleva dentro, ni conmigo ni cuando está sola, y eso es mucho, ya que es una persona muy sexual. Hemos hablado hoy, mientras va camino de Barcelona con el tren y queremos darle un giro a este tema, buscando alternativas a la hora yacer juntos. Aún así, nos queremos y eso es lo más importante en estos momentos bajo mi punto de vista. No quiere decir que no debamos solucionar el otro tema, teniendo en cuenta cómo somos los dos en esta faceta. Hubo una época en la que me quejaba amargamente de lo poco que disfrutaba con el sexo. No quiero que eso se repita y más conociéndola, que lo da todo en cada aspecto de su vida. Yo tampoco quiero estar ni a mil metros de ti.

Risa

Hace ya varios días que no la veo. Esta semana estoy de vacaciones y al haber tenido a mis hijos el fin de semana ha sido imposible que nos viéramos. Pero eso no ha impedido que hayamos hablado mucho por teléfono y cada vez que lo hacemos nos vamos conociendo un poco más y exploramos nuevas formas de reírnos. Por que la clave de estos días está siendo la risa. Podemos estar hablando de trabajo, que terminamos riéndonos, podemos estar hablando de la vida, que terminamos riéndonos. La noto bastante feliz y eso me llena a mi de esperanza y de buenas sensaciones. Hasta el punto que esta semana me ha propuesto hacer una escapada de fin de semana juntos a un destino, quizá de montaña, todavía por definir. Me quedé con la boca abierta. Hacía mucho tiempo que esa posibilidad, aunque todavía no se haya plasmado sobre el papel, había pasado a ser algo rematadamente remoto. Virtualmente imposible. Pero creo que esa alegría que rezuma por todos sus poros le está llevando a querer hacer más cosas conmigo.


Incluso, a pesar de que hoy ha habido una noticia regular, no parece que le haya dado más importancia de la que tiene ni que haya querido meterse en su caparazón de nuevo, para afrontar la situación. Se trata de un problema en la espalda. Al parecer, según las pruebas preliminares, debe operarse, con el riesgo que eso conlleva. Le he hecho saber que me interesa mucho su estado y que sería conveniente buscar una segunda opinión, algo que le ha parecido muy bien. Así que, ¡vamos a intentar seguir en la brecha!

Ruleta rusa

Esto es como jugar a la ruleta rusa del amor. Nunca sabes lo que te va a deparar. El día de ayer fue uno de esos días en los que te levantas un poco peor que regular. No había tenido noticias de ella en todo el día anterior. Ni un e-mail. Ni un mensaje al móvil. Nada. Ya habíamos hablado de eso: "no tenemos por qué hablar todos los días". Bueno, lo entiendes y pasas como puedes el tiempo, preguntándote qué hará o cómo estará. 

Así, terminó por amanecer y el nuevo día empezaba con ese runrún en la cabeza y el corazón, volviendo a cosas vividas en el pasado reciente. Cosas que no dejan de doler por dentro. Por mucho que lo intente soy incapaz de olvidar lo que siento por ella. Puedo decirme a mí mismo que deje de pensar en ella y me convenzo hasta que la veo. Y cuando la veo, deja de existir el mundo. Sólo existen sus ojos, sus manos, su sonrisa, su piel morena. Una delicia para los sentidos. 

Y eso mismo pasó ayer. Al salir de trabajar, tenía una charla a la que me había apuntado, sobre liderazgo en la empresa y de la que había informado a ella. No sabía si se habría terminado apuntando o no, pero cuando llegué al punto de control del hotel donde se celebraba el evento, que casualmente está al lado de su casa, pude comprobar con un rápido oteo del listado que efectivamente allí se encontraba su nombre. Desde ese instante ya no pude dejar de volverme para tratar de verla entrar. Hasta que llegó y se iluminó la sala. Durante la ponencia, se notaba que estaba disfrutando. Tú dale algo para aprender y se vuelve loca. Es increíble. En este caso, creatividad, liderazgo e innovación. Y la charla llegó a su fin. La acompañé a su coche, que estaba justo detrás del mío. Y comentando me invitó a cenar a su casa. Me encantan esas cenas, porque las hacemos entre los dos y siempre están condimentadas con un buen vino. Brindamos, hablamos y se hicieron las tantas, como siempre. Recogimos la mesa y llegó el momento cumbre. Manos que se entrelazan, caricias fugaces, miradas que se cruzan. Se me hincha el corazón mientras lo escribo. Y por fin los abrazos y los besos. Me encanta cómo me besa, esta vez con pequeños mordiscos. Corazón a mil por hora. Pero esta vez ha pasado algo que no había pasado nunca y de lo cual estoy muy contento. Quedamos para vernos esta semana y en uno de los abrazos de despedida me dijo al oído la palabra mágica: te quiero. Shock cerebral. Shock en el corazón, a punto de estallar de tanta felicidad. Aún no me lo creo. Me gusta cómo está avanzando la relación. Ojalá, no se pare. Sigo pensando que si ponemos ambos de nuestra parte podemos llegar muy lejos. La complicidad la tenemos. La amistad incondicional también. La pasión poco a poco va llegando. Futuro incierto pero lleno de esperanzas.

Premonición

Hoy tengo una mezcla extraña por dentro de mi ser. Por un lado, estoy eufórico con la nueva situación que nos está llevando a intentar algo juntos, sin pensar en lo que pueda suceder en el futuro. Por otro lado, tengo como una especie de mal presentimiento. El hecho de que exista un gran cariño de ella hacia mí, pero que a la vez bloquee la pasión, no me gusta demasiado. Esto se puede convertir en un amor platónico propiamente dicho, con mucha complicidad entre ambos, mucho conocimiento del otro, pero poca o ninguna intimidad. Este pensamiento me lleva a la idea de que realmente nunca habrá nada importante entre nosotros. Sólo amistad y cariño, como siempre ha dicho ella. La pasión del principio se perdió por el camino, rápidamente. 

Parece una señal de que lo máximo que lograremos es ser grandes amigos, confidentes, pero amigos a fin de cuentas. No noto ningún tipo de enamoramiento por su parte. Soy una persona más en su gran red de amigos. Quizá alguien especial por lo que hemos compartido pero sin poder llegar más lejos. Si no siente lo que se debería sentir en estos momentos, ¿cómo va a ocurrir en el futuro? Ni siquiera tengo yo claro lo que siento. A veces me parece que va a menos. Cuando estamos a solas tiende a crecer, pero son tan pocos los ratos que estamos a solas, que poco a poco se diluye también esa sensación. Es muy duro sentir algo por una persona y tener que estar detrás de ella convenciéndola de algo que en su fuero interno no tiene claro. El amor cuando existe de verdad, se tiene claro desde el primer día. Y el primer día parecía más enamorada que ahora. En estos momentos simplemente estamos a gusto el uno con el otro, pero sin intención de fundirnos, como al principio. Dudo muchísimo que vuelva esa pasión algún día. Al final, siempre has tenido razón: amigos y ya está. No se puede obligar a nadie a sentir lo que no siente por sí mismo.

Nuevo intento...y van...

Nuevo domingo, nuevos vientos. Ha sido un día lleno de emociones. Primera subida al Cid después de tantos años, que contrasta con la primera semana en mi nuevo hogar. Y para cerrar el día, visita a su casa. Muchas ganas de vernos. Muchas ganas de hablar de mil cosas. Muchas ganas de reflejarnos en los ojos del otro. 

Y cómo no, fusión de almas en interminables abrazos. Qué placer, sentir cómo sus brazos rodean mi cuerpo. Notar cómo sus manos acarician mi espalda. Asegurar que el tiempo no pasa mientras nos miramos acompañados por la luz de una vela. Los abrazos terminan en caricias que llevan a los besos. Entrelazamos nuestros sentimientos en besos infinitos. Pero hay un nuevo e inquietante obstáculo: la sombra de la ausencia de deseo íntimo que planea sobre nosotros. La sensación es de que hemos avanzado, al menos ella, tenemos claro que no podemos estar el uno sin el otro, pero parece que la pasión que había al principio ha desaparecido, o está oculta bajo los problemas de la rutina diaria. En ocasiones parece que está pero también parece todo lo contrario. Y esto último nos lleva nuevamente hacia el camino de la amistad, que aunque hermosa es escasa para mí por lo que siento por ella, sentimiento que sigue ocupando todo mi corazón. Tanto, que a veces parece que me ahogo. Sigue siendo mi último pensamiento antes de dormirme y mi primero al despertar. Hablamos. Para ella, todo esto es algo nuevo. Lo entiendo. Hasta ahora sus relaciones, aunque largas en ocasiones, han sido otra cosa. Esto es terreno inexplorado para ella. Al menos ahora parece que se deja llevar por lo que siente. Ojalá esto despierte más adelante la pasión que hubo. El cariño es algo que está creciendo. Nos gusta estar juntos. Nos gusta besarnos. 

El tiempo dirá, como siempre.

martes, 13 de enero de 2015

El día después

Y llegó el día después y como siempre con noticias al menos regulares. Lo de ayer no tenía que haber pasado. Ese era el mensaje. Pero pasó. Fue la respuesta. Y si pasó fue porque los dos queríamos. 

Existe mucha atracción física. El tiempo dirá si esa atracción se convierte también en espiritual. No sé muy bien qué va a pasar entre nosotros. Es un constante ir y venir. Ayer por una vez la vi con amor en sus ojos, pero luego aparece su soledad y le hace pensar en cosas que nos separan. Me gustaría que se dejara llevar. Yo sólo quiero aportarle cosas buenas y hacerla todo lo feliz que pueda. No quiero privarla de la libertad que tanto le ha costado lograr, pero creo que es compatible con el amor.


De nuevo, todo esto me ha machacado bastante y he pasado una mañana complicada, triste y pensativo, como en el pasado cercano. Por la noche ha vuelto a contactar conmigo, queriendo saber cómo estaba, pero sin sacar en ningún momento el tema de ayer. No sé si eso será bueno o malo. Tengo la sensación de que si ninguno hemos hablado de nada es para dejarlo como si no hubiera ocurrido. Pero ocurrió y yo deseo por dentro seguir teniendo su cariño, como cuando me abrazó ayer sin mediar palabra.

lunes, 12 de enero de 2015

Magia

No se puede definir de otro modo el día de hoy. Por temas laborales ella ha querido colaborar conmigo, aprovechando mis conocimientos informáticos, para poder elaborar unos informes que le han pedido en su área. Era en su casa, a las 20 horas. Puntual como siempre allí me he encontrado, pero eso sí, con bastantes nervios. Volver a estar los dos después de lo que ha pasado. Volver a vernos sólo como amigos. Se me ha hecho tremendamente difícil. He ido andando despacio hasta su portal, tratando de calmarme y dejar de lado mis sentimientos.

Dos besos. Así me ha recibido, tras abrir la puerta. Igual que la última vez. Por suerte, he conseguido sobreponerme y ser profesional. Así que la tarde nos la hemos pasado trabajando, explicando cosas y ella entusiasmada por lo que estaba aprendiendo. La verdad es que nos hemos reído un montón. Es eléctrico estar con ella. Es inevitable. Además, he notado que tiene otra cara, más alegre, como si volviera poco a poco a tomar las riendas de su vida.

Cena. El caso es que se han hecho las diez de la noche y sorprendentemente me ha preguntado si tenía algún plan. Como no tenía ninguno hoy, me ha ofrecido a quedarme a cenar. No me he podido negar. Menuda cena nos hemos hecho en un momento. Es increíble la capacidad que tiene de sorprenderme con nuevos sabores. Y lo detallista que es. Vino blanco, emperador, ensalada con tomate, canónigos, pepino y un sinfín de especias. Y el aperitivo bomba, queso de cabra sobre mermelada y con pimentón, hecho al microondas. Aún estoy recordando el sabor. Espectacular. Hemos hablado de muchas cosas, hemos disfrutado de la cena y ha salido incluso el recuerdo de aquel día que pasamos en Jávea, Altea y finalmente en Villajoyosa. Qué recuerdos más dulces.

Y ahora viene la magia. En un momento dado, ha tenido que ir al aseo y yo me he quedado sentado mirando el infinito. Cuando ha vuelto…cuando ha vuelto me ha abrazado por la espalda, tiernamente, con un cariño difícil de explicar, preguntándome cómo estaba. Yo no he podido evitar besarle las manos, pero a ella no le ha disgustado. Nos hemos sentado juntos sin separar nuestras manos, hablando de otras cosas, hasta que me ha puesto los pies sobre mis rodillas, como solía hacer cuando estábamos juntos. Qué sensación más agradable. Al final nos hemos puesto a recoger la mesa y a fregarlo todo. Y entonces ha llegado el momento de la despedida. Y ha ocurrido. Nos hemos fundido en un abrazo y de él ha surgido el beso más profundo que jamás nos hemos dado. No podíamos separarnos. Deseábamos estar juntos. Los dos. Se notaba en su mirada. ¿Es posible que esté empezando a liberar sus sentimientos? Me haría el hombre más feliz de la Tierra si así fuera. Hemos seguido besándonos sin poder parar, hasta el ascensor, con una sonrisa en su boca. Qué guapa eres.


Mañana será el día después…

Se avecina algo

Ya hemos llegado al viernes. Todo un fin de semana por delante para desconectar de la oficina y de todas las cosas que allí pasan. Este fin de semana hay algo pendiente. De momento tengo la posibilidad de verla para ayudarla con algo del trabajo. Estoy bastante ilusionado con este tema y me gustaría, tal y como dice ella, que saliera bien. Que hiciéramos algo diferente y que disfrutáramos ambos. Está claro que con el trabajo no se puede disfrutar demasiado pero al menos es una actividad que podemos hacer entre los dos. Mi objetivo es que vea que hay más de mi después del verano. Y si eso sirve de algo, bien empleado estará. Por otro lado, tengo la impresión de estar repitiendo algo que ya ocurrió en el pasado. Un antiguo amor. Por lo que parece, se nota que no soy mala gente y que estoy dispuesto a ayudar. En el pasado me llevó a que me tomaran un poco el pelo y se aprovecharan de mis conocimientos, sabiendo de antemano lo que había sentido por ella. Solo espero que esta vez no se repita. De momento, la idea es construir una buena amistad. El problema vendrá en el momento en que esa amistad esté solidificada, yo siga sintiendo lo mismo que ahora y ella no quiera pasar de ese estado. Si en el futuro no veo pistas de que sigue sintiendo algo por mí, con toda mi tristeza habrá que decir basta y pasar página definitivamente. Mientras esté enamorado de ella va a ser muy complicado tener sólo una amistad.


Al menos hoy, en el trabajo, he estado algo más concentrado y he pensado menos en ella, hasta que la he visto irse a las 15:00. Estaba espectacular con ese niqui naranja y esa minifalda negra. Qué figura más bonita. Qué movimientos más gráciles. Si no hubiera nacido mujer tendría que haber sido un cisne.

Pasa el tiempo

Un día más. Se va acercando el fin de semana. Ya queda menos para descansar un poco de mi nuevo rol en la oficina: programador.

Ayer me llevé, no sé si decirlo así, una grata sorpresa. Tenías ganas de hablar conmigo. No creo que me echaras de menos. Supongo que sólo querías saber cómo me encontraba. A fin de cuentas, al menos has llegado a desarrollar un cierto cariño hacia mí. Sabes que lo estoy pasando realmente mal y que he tenido que recurrir a tratamiento médico para reducir mi ansiedad y mi depresión. El caso es que hemos estado hablando un rato por teléfono y he tenidp la oportunidad de escuchar tu voz melodiosa que tanto me gusta y tan adentro me llega. Te noté mejor, más contenta, incluso con ganas de bromear conmigo. Ojalá sirviera esto para hacerme ilusiones, pero está claro que lo que deseas es que olvide este verano y que simplemente seamos amigos. Pero tengo la impresión de que va a costar mucho que seamos amigos. Mis sentimientos no han cambiado nada respecto a ti y muchas veces se me hace insoportable pensar que ya no te volveré a tener nunca entre mis brazos. No sé si seré capaz de soportar ser únicamente tu amigo, porque es verte, aunque sea de lejos, como hoy en el aparcamiento, y me nace un deseo hacia ti imposible de contener. Quiero tocarte, besarte, abrazarte. En definitiva, amarte y ser correspondido por ti.

Aun así, me llama la atención que a pesar del pacto al que llegamos, sigas manteniendo el contacto, aunque sea a distancia. La verdad es que no puedo evitar que me encante. Mi mente quiere pensar que sigues sintiendo algo por mí, que quieres cumplir un poco lo que hablamos: conocernos bien primero como amigos y ver después si surge algo. Pero tengo tanto miedo a equivocarme. A pasar otra vez por la decepción, que me obligo a negarlo. Mis sentimientos por ti, aunque la medicación esté haciendo que deje estar un poco el tema, no van a desaparecer fácilmente. Lo que he sentido por ti, trasciende de este mundo. Como he escrito ya en repetidas ocasiones, nunca había estado tan enamorado de nadie. Ni siquiera cuando las hormonas mandaban en mis actos y pensamientos. Ni siquiera, aunque sea duro decirlo, de la persona con la que llegué a casarme.
En fin, el camino va a ser muy largo y nada me garantiza que me lleve a un precipicio, en vez de al paraíso que es estar contigo.


Aun me da tiempo a escribir algo más. Hace un rato he vuelto a tener comunicación contigo y para mi sorpresa, te han encargado algo en el trabajo en lo que puedo serle de utilidad. Por supuesto me he ofrecido a ayudarte en todo lo que pueda. Espero hacer bien, habiendo decidido esto. El sábado lo sabré. A ti te he visto más contenta y con ganas de que salga bien todo esa tarde. Tengo que prohibirme hablar de nada que tenga que ver con la pareja. Es sólo trabajo y una oportunidad de que me conozcas más en otros territorios.

Otro día sin ti

Hoy ha sido un día más tranquilo, aunque te he visto esta mañana al llegar al aparcamiento. Nos hemos saludado pero tu cara me dice que también lo estás pasando mal o que te preocupa mi estado. No sé, quizá me equivoque y solo sea un deseo mío, como otros no cumplidos. El caso es que allí estabas, mostrando tu mano, pero sin una sola palabra, igual que ayer, igual que mañana. Ojalá cambie esto algún día.

Sigo pensando mucho en ti. En cómo te irá todo. En qué habrás decidido hacer en el trabajo. ¿Me lo querrás contar? Lo dudo. El pacto es el pacto y supongo que no sabremos nada el uno del otro hasta que ambos lo hayamos superado.

En mi trabajo todo sigue igual. Me voy acostumbrando a regañadientes a volver a ser un programador más. No soporto que corrijan mi trabajo como si fuera un principiante pero es lo que hay. Sin apoyos de otros compañeros no puedo hacer nada. No quiero ser el escudo de nadie. Que me usen como cabeza de turco. Trataré de involucrarme más en el área que me ha tocado llevar. De momento me siento prescindible y eso me angustia bastante. La semana que viene me harán la evaluación de desempeño. Ya veremos por dónde me salen este año. Si solo pudiera contarte cómo ha ido y que tú me contaras cómo te ha ido a ti. Qué sensación más agradable sería. Notar que depositas en mí toda tu confianza y que deseas compartir cosas de tu vida conmigo, como ayer, cuando me sentí como si fuera tu pareja.

Emociones a flor de piel

Hoy está siendo un día duro. Ayer nos vimos. Teníamos que cambiar el lienzo que te regalé. Habías cogido cita con el neurocirujano para que viera cómo estabas de la espalda. Quisiste que te acompañara. Cómo me gustó. Me sentí como si por una vez, después de este tormentoso verano, fuera tu pareja. Y qué sorpresa te llevaste cuando hablaste con el médico. Estabas mejor y había posibilidades de que volvieras a correr. Recuperaste de un plumazo la gran sonrisa que te caracteriza. Qué bien te sienta sonreír. Iluminas la oscuridad.

Pero tus pensamientos siguen siendo claros, cada vez más, noto. Una vez más dejas patente que quieres estar lejos de mí. Me dices que pensarás en mí. Que te preguntarás cómo estaré. No puedo dar una respuesta. De momento muy mal. Sólo deseo verte, hablar contigo, tratar de conquistarte con mi forma de ser. Aún tienes muchas cosas que descubrir de mí.

Me sigue pasando lo mismo. Todos los que me rodean de una forma u otra me dicen que el tiempo lo cura todo. Aún es pronto, pero es que cuando estoy solo y veo algo que me recuerda a ti, no puedo controlar mis emociones. Cómo disfrutaba siguiendo el contorno de tu rostro con mis dedos, acariciando tu cabello, buscando con mis labios tu cuello. Cómo podré olvidar semejantes sensaciones. A día de hoy sigo sin saberlo. No me hago a la idea de que tus sentimientos por mí no han ido más allá. Se estancaron y empezaron a retroceder. Sé que la culpa en parte ha sido mía por querer estar tan cerca de una persona que llevaba mucho tiempo acostumbrada a la soledad, y más aun disfrutando de ella. Craso error, que he pagado con tu pérdida.

Amistad. A veces pienso que si pudiera borrar lo que ha pasado este verano y tratar de empezar de cero, construyendo primero una buena amistad, todo hubiera sido diferente. Sé que necesitas tiempo para volver a intentar ser amigos y ver si vuelve a surgir algo. Tengo el presentimiento de que cuando eso llegue, si es que llega, otro habrá ocupado mi lugar, y disfrutará de lo que tanto anhelo yo. No creo en las segundas oportunidades. Este tren, me temo que ya pasó y llegamos tarde a la estación. Sé que si ambos queremos podremos tener una gran amistad. De las que duran toda la vida. ¡Hay tantas cosas que tenemos en común! A veces me parece sobrecogedor, que en tan poco tiempo hayamos compartido tantas cosas y que veamos el mundo de una manera tan parecida. Pero ahora mismo me ahogo al pensar que no tendré ninguna noticia tuya en mucho tiempo. Qué triste me siento por dentro. Miro constantemente el teléfono, en busca de tus fotografías, me conecto a Internet, buscando tu relato, sigo obsesionado con todo lo relacionado contigo. Algún día tendré que decir basta, pero no tengo fuerzas. Ojalá hubiera creado en tu mente una imagen mía, de la misma forma en que he creado yo una tuya.

¿Y si nos volvemos a ver? El corazón me palpita si te veo. Tira de mí. Quiere estar contigo, pero mi cabeza, mediante un esfuerzo titánico, frena mi ímpetu, sin saber muy bien si eso servirá de algo más adelante. Y entonces quedo a la espera de que tú des el paso, pero tú ya sabes cuál es.

Yo no sé qué voy a hacer. Estoy pensando en irme lejos de aquí. Sería un revés importante para mi familia, pero tengo la impresión de que lo necesito. Si no es contigo, prefiero estar solo, lejos de todo lo que más daño me ha hecho.


Van pasando los días y sigo sintiendo lo mismo. Nada ha cambiado en mi interior.

Ha pasado un mes

Hola,

Hoy 24 de Agosto hace justo un mes que nos sentamos por la noche y nos dimos nuestro primer beso. Y desde ese mismo banco te escribo. Cómo ha pasado de rápido ese mes. Cuántas experiencias y cuántas cosas descubiertas. Un mes después, a eso que empezamos le hemos puesto un punto, ojala que y seguido. Quizá si nos hubiéramos conocido en otro momento no hubiera hecho falta. Pero así ha sido. Estoy convencido de que será para bien. De una forma u otra. Sólo quiero que sepas que deseo con todo mi corazón que seas feliz. Si no puedo ayudarte yo que sea otro pero sé feliz. Lo mereces. Personas como tu hay muy pocas y te mereces ser muy feliz porque lo das todo sin preguntar. Eres encantadora.

No cambies. Bueno sí... a mejor todavía si cabe.

Te mando un beso sintiéndome triste pero confío en que el tiempo sea nuestro aliado si ambos lo deseamos.

Con cariño

Carta a ti

Hola bella dama, ¿qué tal estás? Espero que bien, el esfuerzo de escalar sueños, bien merezca esa recompensa. A lo mejor esta carta te sorprende pero tenía ganas de poner por escrito algunas cosas que pasan por mi cabeza y mi corazón.

Todo empezó un buen día en el que coincidí con una chica de coche gris en el aparcamiento. Nunca había visto que me devolvieran una sonrisa tan bonita y simpática. La verdad es que me quedé prendado. A partir de ese momento no sé muy bien ni cómo ni por qué, cada día necesitaba ver esa sonrisa. Se convirtió en una especie de droga. Si veía esa silueta delgada y de movimientos ágiles, coronada de esa sonrisa, sabía que el día iba a ir bien. Y al contrario, si no te veía, de forma inconsciente, ese día tenía peor humor. Creo que esta historia la conoces un poco.

La cosa fue a más. No ha dejado de crecer desde entonces. Pude por fin conocerte y transmitirte mis sentimientos. Y ¡oh, sorpresa!, los tuyos eran iguales. No me lo podía creer. Me sentía como en una nube. Me sentía muy atraído por una persona y esa persona sentía lo mismo por mí. Volvía a tener 15 años. Pero había un impedimento. Yo no era completamente libre. Al menos no sobre el papel. Mi alma, mi corazón y mi mente volaban libres pero la burocracia es la burocracia. A pesar de esto, hemos seguido avanzando. ¡Qué ratos más enriquecedores! ¡Cuánta complicidad! ¡Cuánta pasión! No puedo olvidar el contacto de tu piel con la mía.

Ahora no estás cerca. Y, lo que es peor, te has llevado una decepción, al comprobar que sigo sin ser libre. Tu pasado te aconseja prudencia, es lógico, y eso te separa de mí o más bien no te permite expresarte con toda libertad. No sabes el desasosiego que eso me produce en mi fuero interno. Deseo fervientemente continuar el camino que hemos iniciado, aunque hayamos dado pocos pasos en él. Sé, aunque no entiendo el motivo, que puede ser un camino muy bonito, como el que te lleva a tu Pico favorito. Como decimos a veces, parece que nos conocemos de toda la vida. Y yo no dejo de pensar que lo único que me une al pasado y que pone piedras en ese camino, es un papel. Nada más.

Tengo muchas ganas de que podamos hablar y expresar lo que sentimos. Sé que todo es cuestión de tiempo...aunque a veces parezca que éste no quiere pasar rápido.

Así que, esto es todo. Tal y como empezaba la carta, espero que estés bien, por dentro y por fuera.
Por encima de todo, deseo tu felicidad, que es la mía.


Te mando el beso más grande que he podido encontrar.

Resignación

Qué cuesta arriba se hace no poder hablar contigo, no poder verte y compartir una buena conversación. Sé que debo dejarte tranquila para que cojas perspectiva y recuperes la energía que tanto te falta. Qué maravilloso sería que esa energía te llevara a recuperar lo nuestro y eso nos llevara a ser felices.


No saber de ti me cuesta mucho. Debo acostumbrarme pero en este momento ni puedo olvidarte ni puedo dejar de pensar en ti. Me da rabia perder la comunicación contigo, pero es así porque tú lo has decidido para superar este trance.

Carta de despedida


Sabes que soy una persona muy observadora y ya empiezo a notar cambios en ti. Empiezas a estar distante y fría. Sé que es para que podamos iniciar una vida libre, y buscar nuevos caminos, pero creo que empiezas a apartarme de tu vida. Sé que es más fácil sobrevivir a algo así obligándote a eliminar a la otra persona de cualquier aspecto de tu vida. Quizá para mí eso sería lo más cómodo si fuera capaz ahora mismo. Noto un vacío enorme. Ojalá adivinara cómo pudieron superar una relación contigo, todas las personas importantes que estuvieron a tu lado en algún momento de tu vida. A mí esta sensación se me hace insoportable. Veo una fotografía tuya y me dan ganas de llorar. Leo tu relato y me gustaría que se hiciera realidad en nosotros. El tiempo lo cura todo, pero la herida que hay en mi corazón tardará mucho en cicatrizar. Si no hubieras reunido tantas cosas buenas...Quizá la culpa ha sido mía, al querer aprovechar el tiempo a tu lado al máximo. De alguna forma he provocado un gran nivel de angustia en ti. Dices que no puedes seguir porque no me sientes independiente. Creo que es una percepción equivocada en parte. Mi independencia me ha permitido llegar hasta ti. Seguir construyéndola y desarrollándola, para mí no es equivalente a dejar de amarte.

Probablemente, dentro de ti, habrá algo más que no te ha permitido avanzar, que pusiera esa chispa en tus ojos hacia mí. Nunca en mi vida he sentido lo que siento ahora, con tanta seguridad, con tanta energía. Creo que voy a necesitar deconstruirme para comenzar de nuevo, seguramente lejos de ti, empezando quizá por trabajar en otro sitio, donde no te vea cada día y se remuevan mis entrañas pensando en lo que no fue, porque lo que deseo es una sonrisa tuya, un gesto, una caricia, un mensaje en el teléfono, un beso cruzando dos miradas que parece que se unen en el infinito. Sé que va a ser muy difícil si no imposible que volvamos a tener una oportunidad como la que hemos tenido de estar juntos. Es pura intuición, y ojalá me equivoque. Sé que tu intención siempre ha sido buena conmigo, didáctica me atrevo a decir. Que aprenda a superar estas cosas y que crezca como persona. Te lo agradezco y sé que lo lograré, pero la tristeza de mi corazón por perderte no cesará jamás, y más sabiendo lo que sientes o sentías por mí. ¡Cómo me gustaría saber lo que pasa por tu cabeza y tu corazón ahora mismo! Aún recuerdo lo que sentía por las otras tres personas que pasaron por mi vida antes que tú. Aún recuerdo lo que sentía aquella noche, antes de dar este paso, cuando ambos deseábamos estar bajo las mismas sábanas y ser uno solo.

Sigo estando convencido de que hubiéramos hecho una gran pareja con el tiempo. Tremendamente compenetrada. Nos hubiéramos divertido mucho, más de lo que ya estábamos divirtiéndonos. Tenemos una forma de ver las cosas muy parecida. Sólo hacía falta aprender a adaptarnos el uno al otro. A gestionar esta nueva situación. Ojalá no hubiera sido tan impulsivo, arrastrándote a ti al bloqueo, a la presión en tu ser. Lo siento profundamente, porque te he perdido. No quiero que te sientas mal por mí. Es algo que tengo que llevar dentro hasta que sea capaz de superarlo. Los planes que ya estoy elaborando me ayudarán enormemente, aunque el tiempo pasa muy lentamente. Gracias por todas tus enseñanzas, "cuello bonito". Jamás las olvidaré. Me despido de ti, tratando de que sea un hasta luego, escuchando "La vida es bella". ¡Qué curiosa paradoja!

El beso más dulce y sincero que tengo es tuyo.

Siempre tuyo


Sigo sin entenderlo

No paro de poner por escrito todo lo que pasa por mi cabeza sobre ti y sobre cómo te veo. Debo dejar de describir una y otra vez mis sentimientos hacia ti. ¿Y los tuyos? Parece que sólo he sido yo el que buscaba una relación, forzándote a algo que no querías. Pero si es así, ¿por qué empezamos? 

Me hiciste pensar que efectivamente te atraía mucho y que había algo detrás de lo meramente físico. Hasta el punto de terminar enamorándome de ti. Estoy cansado de revivir en mi cabeza una y otra vez mis sentimientos, pensando que podemos volver a estar juntos. Tu distancia me dice que deje de pensar en ti. Es más, dejaste claro que querías cortar la relación. ¿Por qué sigo entonces pensando en ti como un loco? ¿Es eso lo que me está pasando? ¿Me estoy volviendo loco? ¿Podré alguna vez ser amigo tuyo sin que inunden mi cabeza sensaciones de amor? ¿Se apagarán mis sentimientos algún día? No sé qué hacer ni qué decirte. A veces pienso que aún queda algo en ti y que lo estas reservado para cuando superes tu situación de bloqueo actual. Pero a veces pienso todo lo contrario. Que no deseas para nada mis sentimientos y que solo quieres seguir a tu aire, como antes de conocerme. 

De tanto escribir, tengo la sensación de estar persiguiendo una ilusión y es frustrante. Si te enviara este texto, ¿serviría de algo o empeoraría más la situación? Es algo que temo que nunca tenga respuesta.

No lo entiendo

Eres tan hermosa. Por dentro. Por fuera. Ves la vida de forma especial. Sólo sabes sacar lo positivo de ella. Tienes un don. Sólo ha faltado que vieras también de forma positiva y con futuro nuestra bonita relación. ¿Qué importa que mis sentimientos sean más grandes que los tuyos en este momento? Lo importante es que los tienes. Sólo hay que dejar que fluyan y vayan poco a poco creciendo. ¿No eres feliz a mi lado? Compartiendo cosas, aventuras, noches. No doy crédito a lo que nos está pasando. Pasará el tiempo. Se borrarán los sentimientos. Y habrá quedado en el pasado algo que podía haber sido hermoso y especial. Lo llaman química. Yo lo llamo complicidad.

Realmente quiero tu felicidad por encima de todo, pero egoístamente me moriré el día que te vea enamorada de otra persona, si no soy yo el afortunado. No sé cómo podré afrontar algo así. Sólo pensar que otra persona pueda acariciar tu piel, hurgar en tu ensortijado pelo, rozar tus labios con los suyos...Prefiero que me quiten todos mis sentidos. El sufrimiento es muy elevado. Nunca lo había pasado tan sumamente mal. Voy a necesitar mucha ayuda o un milagro para resistir y superar esta angustia. Estoy soportando un sufrimiento extremo que me está llevando a la locura. Qué pena que tus sentimientos no hayan crecido lo suficiente como para que esto no se terminara. En cierto modo lo entiendo. Soy una persona con poco que ofrecer a alguien como tú. Sólo tengo amor, cariño y mucha comprensión. Una chica tan maravillosa como tú no podía enamorarse de alguien como yo. Es lo lógico.