lunes, 2 de febrero de 2015

Amor tóxico

Enfermo, me siento enfermo de amor. De un amor que no es sano, que me hace daño pero no puedo hacer nada para evitarlo. El culpable soy yo por no cerrar para siempre esa puerta y superarlo como el resto de personas.

Erre que erre.

Creo que me estoy dejando llevar porque me siento bien a su lado, pero esto nunca va a ir más allá, simplemente porque ella no quiere, no es capaz de ofrecerme nada más que no sea amistad. No lo deja salir. ¿Por qué nos besamos a pesar de haber dejado claro que se ha terminado? Yo sigo amándola, incluso después de haber pasado un més desde que lo dejamos. Será pronto, pero no soy capaz de pensar en una cosa y que no salga ella por en medio de esos pensamientos. En ocasiones, creo que lo he superado, que no la necesito para nada y que estoy mejor sin ella. Pero dura el tiempo que tarda en llegar un mensaje suyo o se cruzan nuestras miradas.

Sigue siendo como al principio.

Que me pide un favor, yo presto a ofrecerle mi ayuda. Que necesita un consejo, me desvivo por dárselo, como si no hubiera un mañana. Y a cambio, ¿qué recibo? Ambigüedad e incapacidad para mojarse en lo que estamos haciendo. Le aporto cosas que nadie más lo hace, está claro. Mi visión sobre los temas que le importan, de momento, le sirve para mucho. He estado a su lado en todo lo que ha necesitado, porque la quiero, y lo sabe, y seguramente, a cambio, deseo lo mismo de ella hacia mi, pero es exactamente eso, un deseo, que se convierte en un amor tóxico, ya que ni lo puedo tener, ni lo puedo dejar ir para siempre.

Me duele el corazón al pensarlo.

¿Por qué tuve que enamorarme de una persona como ella? ¿Por qué lo dejé todo por ella? ¿Por qué sigo estando ciego? ¿Por qué sigo amándola?

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