domingo, 31 de enero de 2016

Nuevo año, nuevos vientos


Ya ha pasado un año y es el momento de volver, de recordar lo que han sido estos 365 días, de hacer balance.

Me fui de allí, quizá huyendo de un amor imposible, que me hacía daño por no poder olvidar lo que sentía por ti. Fueron las peores navidades de mi vida. Pensar en ti me hacía llorar todo el tiempo. No había consuelo porque nadie podía entender hasta qué punto era profundo este amor. Un amor sin mariposas en el estómago, pero un amor maduro, que entiende que eras la mujer de mi vida. La única persona que ha llegado tan profundamente a mí. Tuve que hacer un esfuerzo demasiado grande para conseguir que pasaran los días sin morir de tristeza. La distancia se apoderó de nosotros.

Unas gafas de sol. Hay veces que un pequeño detalle puede cambiar el mundo. Pues en efecto, unas gafas de sol cambiaron mi mundo. Tras los encuentros previos a la navidad, salidas a la montaña y paseos por la playa, mis gafas de sol se quedaron en tu casa. El caso es que quedamos para que me las pudieras devolver y tras hablar unos minutos, ambos comprendimos que echábamos mucho de menos un abrazo, un contacto. No quisimos evitar, a pesar del toque de queda, fundirnos en un abrazo muy intenso en el interior de tu coche, como los de antes, como si no hubiera pasado el tiempo. La amistad siempre ha sido muy fuerte desde el principio y quizá eso ha provocado que en lo más profundo nunca hayamos querido estar lejos el uno del otro.

A partir de ahí empezamos de nuevo a vernos de vez en cuando, sobre todo los viernes cuando terminábamos de trabajar. Nos escondíamos en tu coche lejos de las miradas curiosas y hablábamos y hablábamos y entre medias algún roce de manos, un beso fugaz, un abrazo...Por fin parecía que estábamos acercándonos, hasta que pasó lo que yo no esperaba. Querías convertir nuestra amistado en algo más y yo no cabía en mí de gozo.

Y así fue como empezó un año lleno de amor, pero no exento de altibajos. Parece que es nuestro sino. Nos necesitamos pero no quieres perder tu soledad y eso a veces se hace muy difícil de llevar para mí, porque sigo sin entender que me ames y que a la vez te sature, mientras yo no puedo dejar de pensar en ti.

viernes, 27 de febrero de 2015

Cambios


Hoy no voy a hablar de amor ni de desamor, aunque lo que voy a escribir tenga relación con los sentimientos y las emociones.

Se trata de un cambio de aires, un cambio laboral que me lleva a experimentar nuevos retos profesionales, lejos de la gente que ha sido parte de mi durante casi tres años. En la empresa, los que tenemos la inmensa suerte de poder trabajar, y más en el estado en que se encuentra el país, pasamos la mayoría del tiempo. Y las relaciones más profundas de amistad suelen forjarse en sitios como este, es lógico. Pues bien, por primera vez en mi vida siento verdadera congoja al dejar mi puesto de trabajo para emprender nuevos proyectos, pero no por el miedo al cambio, sino por la gente que dejo atrás. Gente que me ha hecho crecer enormemente como ser humano. Es vox populi que los informáticos tendemos a ser un poco "especiales", pero lo cierto es que cuando trabajas en un sitio como el que he pasado los últimos años, y las personas que te rodean, te dan la oportunidad de mostrarles sin reparos cómo es uno mismo, te sientes libre, te sientes feliz y completo. Es por todo esto por lo que dentro de mí me siento tan extraño. Me cuesta pensar en que la próxima vez que me levante para ir a trabajar no veré a los que he considerado casi mis hermanos y hermanas. Sé que encontraré nuevas personas en el camino de las que me nutriré y con las que aprenderé nuevas cosas. Es ley de vida, pero dejo un pedacito de mi corazón entre las cuatro paredes que han sido mi hogar.

Hay una cita de la obra del Señor de los anillos que me gusta mucho y que explica muy bien esta situación:



Gracias a todos vosotros por existir. Sin vuestra ayuda hubiera sido muy difícil todo lo que he vivido en estos años.

¡Un fuerte abrazo!

domingo, 8 de febrero de 2015

El tiempo



Dicen que todas las cosas tienen un proceso. Que se necesita tiempo para todo. Está claro que somos esclavos del tiempo, pero a éste casi estamos acostumbrados y no le prestamos mayor atención, porque al final siempre hay tiempo, aunque sea para mañana. A lo que no nos acostumbramos nunca es a sufrir por amor.

El amor va y viene, pero en raras ocasiones, en momentos puntuales de la vida, llega un amor que arrasa con todo y se hace hueco para dejar las maletas y quedarse para siempre. Si alguien desea ese amor tanto como tú todo va sobre ruedas y el tiempo parece que pasa despacio cuando no estás con ese amor y muy deprisa cuando sí lo estas. Lo frustrante es cuando no sucede así y ese amor no es del todo correspondido. En ese caso sólo deseas que el tiempo sea tu aliado y vaya todo lo rápido que pueda para que al despertar te des cuenta de que ya no duele nada en lo más profundo.

Mi caso actual es este último.

Pero el tiempo no pasa y el amor y los sentimientos hacia ella tampoco. Y vuelven a surgir los momentos de intimidad, y vuelven a llegar los momentos de complicidad, pero son fugaces como el tiempo y desaparecen pronto. Se construyen muros, barreras al amor, trabas a la felicidad absoluta.

Ojalá todo se simplificara, se mostrara más sencillo y diera lugar al disfrute de cada segundo de tiempo.

Pase lo que pase, segundos, minutos, horas o días, lo que siento por cada pequeña cosa que compone a ese encanto de mujer, que tan atrapado me tiene, no menguará. Probablemente será diferente con el tiempo, pero no dejará de ser grande, muy grande y muy intenso. El amor es lo que tiene, que no depende del tiempo.

lunes, 2 de febrero de 2015

Amor tóxico

Enfermo, me siento enfermo de amor. De un amor que no es sano, que me hace daño pero no puedo hacer nada para evitarlo. El culpable soy yo por no cerrar para siempre esa puerta y superarlo como el resto de personas.

Erre que erre.

Creo que me estoy dejando llevar porque me siento bien a su lado, pero esto nunca va a ir más allá, simplemente porque ella no quiere, no es capaz de ofrecerme nada más que no sea amistad. No lo deja salir. ¿Por qué nos besamos a pesar de haber dejado claro que se ha terminado? Yo sigo amándola, incluso después de haber pasado un més desde que lo dejamos. Será pronto, pero no soy capaz de pensar en una cosa y que no salga ella por en medio de esos pensamientos. En ocasiones, creo que lo he superado, que no la necesito para nada y que estoy mejor sin ella. Pero dura el tiempo que tarda en llegar un mensaje suyo o se cruzan nuestras miradas.

Sigue siendo como al principio.

Que me pide un favor, yo presto a ofrecerle mi ayuda. Que necesita un consejo, me desvivo por dárselo, como si no hubiera un mañana. Y a cambio, ¿qué recibo? Ambigüedad e incapacidad para mojarse en lo que estamos haciendo. Le aporto cosas que nadie más lo hace, está claro. Mi visión sobre los temas que le importan, de momento, le sirve para mucho. He estado a su lado en todo lo que ha necesitado, porque la quiero, y lo sabe, y seguramente, a cambio, deseo lo mismo de ella hacia mi, pero es exactamente eso, un deseo, que se convierte en un amor tóxico, ya que ni lo puedo tener, ni lo puedo dejar ir para siempre.

Me duele el corazón al pensarlo.

¿Por qué tuve que enamorarme de una persona como ella? ¿Por qué lo dejé todo por ella? ¿Por qué sigo estando ciego? ¿Por qué sigo amándola?

miércoles, 21 de enero de 2015

Amistad


¿Se puede ser amigos después de amar a una persona? 

Esto es lo que me pregunto constantemente en los últimos tiempos. En ocasiones pienso que si, que depende del tiempo que haga que se rompió la relación, que te condiciona el nivel de amor que llegaste a sentir por la otra persona. Muchas dudas y muchas posibilidades. En otras ocasiones pienso que es imposible, que nunca podré mirarla con unos ojos que no recuerden lo que hubo entre nosotros.

Pero es tan difícil estar lejos de ella, no poder hablar, no saber cómo se encuentra, que me pasa por la mente que si no me trago todos mis sentimientos, hago un esfuerzo y pienso únicamente en ser un buen amigo suyo, terminaré consumiendome por la angustia de la distancia. 

Lo que me enamoró tiempo atrás de ella sigue estando vigente. No puedo avitarlo. Todas las características que reune son las que más me gustan en una mujer y eso es algo inamovible y que perdura, más allá de la distancia, incluso del olvido, aunque sea forzado. Estar cerca de ella, oir su voz, notar su aroma natural, ver sus ojos, sentir su piel, no dejará de envolver en llamas mi corazón, y llevar una amistad en estas condiciones se me hace un proyecto difícil de llevar adelante.

Sé que soy capaz de hacer como si no fuera conmigo y dejar que la amistad siga su curso, pero estoy seguro de que se me nota todo el tiempo que siento algo más y que no lo dejo salir, porque por mí ya no siente nada. Suspiro porque me pesa en el corazón, querer estar con ella, besarla, abrazarla, apoyarla en los momentos más duros, pero no puedo. Una barrera invisible lo impide. No sé. A veces me da la sensación de que en su mirada también hay algo, pero luego creo que simplemente es cariño, como el que puedes tener hacia un hermano. Seguramente será mi deseo de que siga sintiendo algo por mí. He sido tan feliz a su lado, hemos hecho tantas cosas juntos que tener solamente amistad, aunque sea algo precioso y probablemente más duradero, se me queda corto. Va a ser complicado gestionar la mezcla de amistad y sentimientos, porque aún la amo.

domingo, 18 de enero de 2015

Razonamientos

Me siento mal, muy triste, como si me hubieran arrancado un trozo de mi corazón. No tengo ganas de hacer nada. Sólo pienso en que esto no ha tenido futuro porque, aunque existan sentimientos por ambas partes, los tuyos no son suficientes para querer anteponerlos a otras cosas y disfrutar con ellos tanto o más que sin ellos. No sé como se miden estas cosas. O los tienes o no los tienes. Y en este caso me parece que es la segunda opción, aunque cueste confesarlo.

Tus sentimientos creo que durante este tiempo han crecido, o se han adaptado, no lo sé. Siempre me ha parecido que aunque estabas dispuesta a fluir y darlo todo, lo que has llegado a sentir nunca ha ido más allá de lo que sentirías por un gran amigo, pero un amigo al fin y al cabo. Para mi es muy duro escribir esto. No sabes lo que hubiera dado por oír de tus labios la palabra de cuatro letras: AMOR.

Yo, en cambio, pienso que pierdo la oportunidad de ser feliz junto a una persona que tiene todo lo que podría desear en una mujer: cariño, bondad, pasión, belleza interior y exterior, y un sinfín más de cualidades que te hacen ser lo que eres. Es increíble lo que noto en mi corazón cada vez que pienso en ti. Ojalá tu sintieras lo mismo por mi.

Estoy frustrado, con ansiedad, con ganas de llorar y con ganas de cerrar los ojos y no despertar hasta que mi corazón se haya curado por completo. Va a ser muy difícil superar esto, una vez más.

No te imaginas cómo me duele el alma. Qué sensación más angustiosa. Desde que hemos estado juntos todo ha sido maravilloso. Un constante crecimiento, cada uno aportando lo que tenía, pero eso no ha impedidoque surgieran rápidamente dudas, transformadas más adelante en agobios. Para mí, eso solo puede significar una cosa: miedo al compromiso, miedo a sentirse privado de la libertad que tanto nos ha costado conseguir. Yo quería ser feliz contigo tal y como eres, sin cambiarte lo más mínimo. No quería que perdieras tu esencia, ni raptar tus emociones, porque me gustas así. Lo único que me hubiera gustado notar diferente en ti es precisamente el miedo a dejar que tus sentimientos fluyan completamente. No es malo estar con otra persona que te ama. Todo lo contrario. Te hace más fuerte porque ese alguien estará a tu lado sin restricciones, sin pedir nada a cambio, salvo amor y cariño. No es tan difícil ser feliz, estando con otra persona que te quiere y te respeta. Sólo hay que aprender a hacer las cosas que te gustan de otra manera sin renunciar a nada. Para mí, sentir algo importante por otra persona siempre compensa. No deseo, en absoluto, que creas que tienes que preocuparte por mi todo el tiempo. Entiedo perfectamente las prioridades de la vida. Es como si cuando tienes que salir a comprar, te tuvieras que preocupar de si vas a tener tiempo para ver la televisión y eso te causara ansiedad. Si ese día no puedes ver la televisión, no se acaba el mundo. Nuestra relación la he visto así. 

Claro que me gusta que tengas ganas de verme o de hablar conmigo, pero algo así no puede cusarte angustia. Hay tiempo para todo. Yo soy una persona muy comprensiva y cuando hemos hablado de estas cosas simpre he intentado transmitirte mi forma de verlo y a la vez tratar de tranquilizarte y enseñarte a eliminar esa ansiedad. Si dos personas se quieren de verdad, lo demás siempre tiene solución. Es así y no hay que darle más vueltas. Algún día sé que te sentirás mejor en este sentido aunque probablemente tus sentimientos hacia mí ya hayan desaparecido por completo tiempo atrás.

sábado, 17 de enero de 2015

Otra carta

Hola bombón,

Hacía tiempo que no me sentía como me siento hoy, roto por dentro, con una congoja difícil de describir con palabras. También hacía tiempo que no escribía, ya que me había dicho a mí mismo que dejara de poner por escrito mis sentimientos para no obsesionarme. Pero ahora lo necesito. Necesito decirte lo que pienso y lo que provocan dentro de mí esos pensamientos.

Eres diferente, especial, distinta al resto de las personas que he conocido a lo largo de mi vida y por ello eres un tesoro, una piedra preciosa muy rara de encontrar y muy valiosa. Tan bella por dentro y por fuera que no he podido evitar enamorarme de ti. Tanto, que el hecho de pensar que lo puedas estar pasando mal por cualquier motivo me hace sufrir. Sufrir por no poderte ayudar. Me gusta verte feliz por encima de todo, ya lo sabes, te lo he transmitido infinidad de veces. Sé que yo también te importo mucho, pero tengo la sensación de que estar conmigo te supone limitar tus posibilidades en la vida. Eres como el viento, libre y que lo quiere explorar todo. Y yo no quiero limitarte. Sólo quiero hacerte crecer en la medida de mis posibilidades, dándote todo lo que llevo dentro. Sigo pensando que puedo ofrecerte muchas cosas, como cariño, comprensión, pasión, confianza sin límites y algunas otras cosas que probablemente aún no sé ni siquiera yo, que las tengo, aunque están deseando salir a tu encuentro.

Me gusta como eres en todos los sentidos y me importas tanto que me duele enormemente pensar que la única manera de hacerte feliz es no avanzar a tu lado, dejando de compartir tu camino con el mío.

Me entristezco mucho, noto un pinchazo en lo más profundo del corazón y se me escapan las lágrimas, pero si ese es el único camino, estaré dispuesto a recorrerlo, con tal de verte sonreir una vez más, de ver que disfrutas de la vida y le sacas todo el jugo. Pero si existe otro camino, quiero estar ahí para explorarlo junto a ti y recorrerlo para ver qué nos depara. Estoy seguro, siempre lo he estado, que solo cosas buenas, porque el simple hecho de haberte conocido es ya una recompensa. Lo que pueda llegar puede ser expectacular.

Te llevo en el corazón a pesar de tantos vaivenes. No me podía imaginar que llegara a sentir lo que siento por ti y menos, que tú llegaras a sentir lo que sientes por mí. Al futuro sólo le pido que nos dé la oportunidad de ser felices. Creo, a pesar de todo, que los ciemientos son buenos. Ahora sólo falta que ambos estemos convencidos de que esto puede crecer aún más de la manera que mejor consideremos, tal y como lo hemos venido haciendo hasta ahora.

Para mí, eres como un faro en una noche oscura y yo sólo quiero ser un pequeño barco dispuesto a llegar a puerto.

Siempre tuyo